Cuidados para una piel sensible

Una piel sensible es un tipo de piel que reacciona de manera excesiva a ciertos factores mecánicos, físicos, químicos o intrínsecos. Los principales síntomas de una piel sensible podrían ser: tirantez, picor, sequedad, rojeces o, incluso, reacciones inflamatorias intensas como el eritema o la erupción.

Esta respuesta reactiva puede variar según los cambios estacionales y, a menudo, empeora tras la exposición a un clima seco o frío.

Aunque clasifiquemos la piel sensible como un tipo de piel, es habitual que de forma temporal cualquier otro tipo de piel pueda manifestar sensibilidad. De hecho, según estudios: “el 52% de los consumidores de cosméticos entrevistados dicen que en ocasiones su piel es sensible”.

Además, con el paso de los años y la exposición a factores externos, nuestra piel sufre una disminución de la barrera cutánea y con ello se vuelve más sensible. El 68% de los consumidores de cosméticos entrevistados dicen que su piel es más sensible que años atrás.

Características de una piel sensible

• La capa externa de la piel es más fina.
• La hidratación es menor.
• La concentración de sebo también es menor.
• El pH es más elevado de lo habitual.
• La microcirculación puede sufrir desórdenes.

Principales causas de una piel sensible

• Una mayor capacidad de respuesta inmunitaria.
• Una disminución de la función de la barrera cutánea de la piel.
• Un microbioma desequilibrado en ocasiones.
  

Además de estas causas podemos identificar algunos factores que influyen en la sensibilidad de la piel:

• Factores mecánicos: depilación, afeitado…
• Factores físicos: sol, temperatura, microbios, humedad o el uso de la mascarilla.
• Factores químicos: ácidos como el glicólico o el ácido retinoico.
• Factores intrínsecos: la respuesta inmunitaria

La polución y la luz azul, factores de los que últimamente están en boca de todos, afectan a la integridad de la barrera de la piel y aceleran el envejecimiento, pero no está verificado que contribuyan a la sensibilidad de la piel.

Consejos dermocosméticos para cuidar una piel sensible

• Evitar detergentes o jabones convencionales.
• Evitar los perfumes o intentar usar productos con perfume sin alérgenos.
• Usar limpiadores respetuosos y utilizarlos con agua tibia en lugar de caliente.
• Hidratar la piel con ingredientes calmantes y fortalecedores de la barrera cutánea. Además, en algunas ocasiones, si la piel es muy sensible, se recomienda evitar cosméticos acuosos y sólo aplicar aceites calmantes.
• Limpiar la piel con productos tensioactivos no agresivos.
• Tener en cuenta los ingredientes beneficiosos para una piel sensible: pantenol, niacinamida, alantoína, avena y aloe vera.

Rutina facial para una piel sensible

Las pieles sensibles se deben tratar de una forma concreta con cosméticos diseñados específicamente para ellas. En su caso es muy importante reforzar su barrera cutánea, hidratándola, nutriéndola y aplicando tratamientos calmantes.

En Labelist Cosmetics te recomendamos que sigas unas rutina facial acorde con tus características cutáneas.

Higiene una vez al día

Partir de una limpieza facial que elimine impurezas, pero que lo haga de forma delicada sin dañar tu cutis, es la mejor opción. 

Osmolyte cleanser es nuestro limpiador facial enriquecido con aloe vera (Aloe Barbadensis) y betaína. Su uso está recomendado incluso para las pieles más sensibles. 

Hidratación diaria

Después de la limpiezaviene el siguiente paso: la hidratación. En el caso de una piel sensible no podemos utilizar cosméticos que sean agresivos y que maltraten la dermis.

HA+B5 serum mejora la textura de la piel, dejándola aterciopelada, firme y elástica. Gracias a su fórmula enriquecida con pantenol y aloe vera (Aloe Barbadensis) posee propiedades calmantes, regeneradoras y antioxidantes.

¡Tener la piel sensible no debe ser un problema para ti! Cada piel es única y preciosa. Lo más importante es prestarle atención y utilizar los productos más adecuados para ella.